Quería un nombre para mi casa.
Rodeada de artesanos, uno de ellos trabaja la madera.
El nombre estaba pensado: Doña Rosita.
Vale aclarar: la casa pintada de rosa, y sí, el personaje de Lorca.
Por esas cosas, el artesano vecino jura y perjura que yo le dije otro nombre, por lo que mi casa pasó a llamarse Doña Rosa.
Así, sin la referencia a Lorca. O sea, sin la referencia a mi relación con Rosita.
Y en estas lecturas extrañas que uno se inventa me pregunto: será que tal vez estaré lejos de ser Rosita???
Y la pregunta siguiente, como bien me dijo D. es… ¿Será por rosa, el color del amor?
Y también resulta que es el color de mi signo.
Y resultará entonces que el destino sabe más que una.
Y que habrá que entregarse a lo inesperado.
T habrá que pensar, sin dudas, que hay un Alguien que sabe más que yo.
Incluso, en estas pequeñas cosas.