Deseo desde el corazón

Deseo desde el corazón... Que nunca les falte un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar donde ir y alguien a quien querer.
Y recuerden: lo imposible solo tarda un poco más...

lunes, 26 de julio de 2010

E. que no es E.

En un primer pensamiento dije: repito la historia de E.
Y si hay algo que no me perdonaría jamás es volver a revivir esa historia.

Me castigaba considerándolo pero aún así tenía ganas de intentarlo.
¡Y qué acertado habérmelo permitido!
Porque mi E. de ahora (que no es E. pero se le parece)
está muy lejos en comportamiento de mi E. pasado.

Porque sus NO fueron claros desde un primer momento
y a partir de sus NO va construyendo sus SI cotidianos.
Entonces...
hay un SI para un mensaje cariñoso,
hay un SI para considerar si estoy bien,
hay un SI para coordinar horarios para vernos,
hay un SI para hacer lo que me hace bien,
hay un SI para estar presente más allá de sus NO.

Y no necesito más que eso.
Empezamos a construir nuestros encuentros especiales.
En el palacio de Aladin.
Y entonces no hay más posibilidad que la magia.
La magia en las miradas,
la magia en las caricias,
la magia en la entrega,
la magia entre nosotros.

Emoezamos a caminar.
Volar es más acertado.
Me gusta más.
Se aplica mejor.
Me hace más feliz.

lunes, 19 de julio de 2010

Soledad compartida

Me gusta esta soledad sola.
En silencio.
En mi campo.
En mi mundo.

Pero es tan agradable cuando esa soledad se rompe momentáneamente, se quiebra, es compartida.

Visitas.
Casa abierta a los amigos.
A los recién conocidos que ya se instalan en el corazón (y ojalá para quedarse)
A los alumnos que poco a poco se van transformando en actores propios y amigos también.
A esas otras soledades que también comparten sus momentos y se abren a las charlas.
A esos huecos de afecto a los que mansamente, me voy asomando.

Lindos momentos.
Lindas charlas.
Lindos proyectos.
Lindas ideas.
Lindos afectos.
Lindos amores.

Sigo celebrando tanto cambio!...

domingo, 18 de julio de 2010

Como saliendo el sol

Lo que él tiene no es lo que yo deseo.
A lo que él necesita volver no es a lo que yo quiero llegar.

Recreo.
Salir a pasear.

Miedo de mezclar.
De perder el espacio.
De no poder "volver atrás"

Pero ganas de probar ir más allá.
De pasar más tiempo juntos.
De animarse a experimentar este sentimiento pero con la premisa siempre de que no está permitido enamorarse.

Y yo que siento que lo que sea, será bueno.
Como si tuviera un termómetro que me indica que en este espacio no hay lugar para el dolor.
Como si supiera de ante mano que solamente vamos a cuidarnos.

Dije no tropezar dos veces con la misma piedra.
Digo que voy detrás de lo que me hace bien.
¿Por qué solamente buscar lo eterno? ¿Por qué no disfrutar en el mientras tanto?
¿Por qué no dar/me la posibilidad de una nueva sensación en mi vida?

Puede que en apariencia, las condiciones sean las mismas que aquellas de alguna vez.
Pero hay una sanitud que sé que existe que aquella remota no tenía.

Somos dos adultos eligiendo un riesgo.
Un color diferente al constituido propio.
El quiere pasear por la brillantez de los míos.
Yo no quiero establecerme en el gris de sus días.
Me asomo a su mundo.
Se asoma a mi mundo.
Tal vez en el voyerismo mutuo descubramos uno en común que nos es agradable para quedarnos.
El tiempo que sea.
Que sea que haga bien.

Niebla

Confundido.
Con necesidad de aclararse.
Con necesidad de ordenarse porque sino "no va a funcionar".

Algo que pasa que no sabe lo que es ni desde cuándo pasa.

Nada concreto.
Todo claro pese a todo.

Próxima charla con pensamientos (¿o sentimientos?) organizados.

Dos cabezas que piensan mucho más que lo que las mismas bocas hablan.
Mi sensación desde él.
Su sensación desde mí.

Como si hubiera algo prohibido, algo inconveniente, algo modificador, algo desencajante.
¿Y no es todo eso?

Espero en la tranquilidad.
Y no sé por qué.
Como si en esta rueda de la no elección, del no sentirme elegida, algo estuviera a punto de modificarse.

Con esta certeza inicial de la huída ante lo que modifica
Me sentí a salvo de una confusión.
Pero si la confusión aparece… ¿significa la permanencia?
O por lo menos su posibilidad.

Nada y todo.
Dudas y certezas.
Colores y grises (que es también color)

Expectativas.
Mutuas.
(¿Mutuas?) ¿Por qué su convencimiento al respecto?
Tal vez hay algo que mi cara dice y que no logro darme cuenta todavía.
No sé con certeza cuáles son las mías.

Pero su confusión es esperanzadora.
Inesperadamente.
Gustosamente.
Cálidamente en este campo gélido.

domingo, 11 de julio de 2010

Mundos unidos

El antes y el ahora.
El allá y el acá.

Esta sensación de combinación, de juego, de encastre.
De conservar luego de rescatar un pasado que sin sospecharlo nunca estuvo perdido y este presente que me gratifica y que se abre.
Y saber que T. sabe de él.
Sabiendo desde el cuerpo, desde su mirada, desde su participación, desde su ojo crítico.
Cómplice.
En eso siento que se convirtió T.
En esta ausencia de amistades, en esta lejanía o soledad, en estas ganas de que ciertas cosas se escapen del cuerpo y se proyecten, tengo una cómplice.
Como cuando éramos chicas.
Como cuando nos contábamos historias de amor y tratábamos de que nos sucedieran.

Saber que alguien sabe mi secreto (y no precisamente por haber bebido de mi misma copa).
Saber que alguien se apersonó hasta mis sueños (y mis secretos) y formó parte.
Alguien querido, además.

El regreso a las charlas hasta la mañana siguiente.
Al mate compartido de madrugada.
A los universos desconocidos pero propios y cercanos al ser participados.
Ahora ya sabemos de qué nos hablamos.
Ahora ya sabemos de quién nos hablamos.

Y entonces, T. te digo…
Cómo voy a extrañar los espacios compartidos!!
Siempre los extraño cuando se terminan... pero digo: cómo los voy a extrañar!
Estos.
Esos.
Los adrenalìnicos por especiales.

T. me da quince días.
Y T. te digo: ojala!!

viernes, 9 de julio de 2010

Con la felicidad en el cuerpo

Volver de una función siempre fue gratificante.
Sobretodo cuando fue buena y se pudo registrar.
Y disfrutar.

Sentir el apoyo es fundamental.
El estar acompañado.
El sentir que las miradas son generosas. No porque no sean críticas, sino porque además, son cariñosas.

Otro escenario.
Otro público.
Otra obra.
Otras sensaciones.

Pero mucha, mucha gente linda acompañando.
Alumnos, amigos, conocidos, desconocidos…


Con F. como compañero que se lució y sacó más de lo que mostraba en los ensayos.
Y que por eso mismo, hizo que mi conexión con él fuera mayor.
Fui por él.
Fui con él.
Me modificó.

Voló el tiempo, como siempre que se la pasa bien.

El saludo desde mí pero con el orgullo y la tranquilidad de saber que fue digno.
Y los reconocimientos posteriores que disfruté.
La actriz quería quedarse.
Más en casa que en ningún otro lugar.
Los organizadores, agradecidos.
Dicen que dicen "Con algo así se jerarquizan".
Eso así fuimos nosotros.
Y me da tanta felicidad saberlo!...

Animal de malas costumbres

Decididamente lo estoy seduciendo.
Decididamente vuelve a ser incorrecto.

Pero me gusta gustarle.
Me gusta sorprenderlo.
Me gusta que me admire.

Evidentemente, digo desde la razón que quiero conseguir un vínculo tranquilo, una relación que me permita ser en compañía pero sin riesgo de conflicto inicial.
Desde la razón.
El cuerpo manda otra cosa.
Debe haber algo de lo prohibido, del límite, de lo incorrecto que me seduce más, mucho más que la tranquilidad que me quiero imponer.

Él me considera libre.
Yo me creo inconsciente.

Con los posibles que conocí, con los intentos que no prosperaron, con ninguno me comporté como me comporto ahora. A ninguno intenté seducir. Claro que tampoco ninguno me dijo lo que ahora escucho.
El ego de la actriz gana terreno.
Y me gusta mucho que me adule.
Y me gusta mucho que me admire.
Y me gusta mucho que me considere atractiva.
Y me gusta mucho que lo diga.

Colores.
Eso dice.

Él va dejando entrever que no se va a animar.
Y entonces digo NO.
Disfrutar sí, padecer no más.

Pero aún así… no sé, debe ser el mismo desafío que se vuelve tan seductor, tan atractivo.
Y él que se auto excluye pero a la vez se hace presente.
Y yo que me confundo (o me aclaro)
Y esta necesidad de sacarlo afuera, para simplemente, que pese menos.
No sé de qué me voy a hacer cargo.
De lo que sea.
Aunque no sepa qué es.

lunes, 5 de julio de 2010

Princesa Corazón

Danzando en este universo nuevo de la Princesa Corazón, me adentro en las profundidades de los cuentos infantiles.

¿Por qué son tan tristes todos?

En unas presentaciones bellísimas, con ilustraciones encantadoras, con colores brillantes… pero con un final tan terrible…


Pienso en los cuentos que me acompañaron en mi infancia.

Cenicienta.

Blancanieves.

Caperucita.

Los tres chanchitos.

Hansel y Gretel.

Dumbo.

La dama y el vagabundo.


Que todos tienen su cuota de terribilidad y que seguramente no resistirían un buen análisis psicológico, estoy de acuerdo.

Pero por lo menos todos ellos tenían un final feliz.

Ahora pareciera que ese concepto hubiera dejado de existir.


Amores que no se concretan o que cuando tienen la posibilidad de hacerlo, uno de los amantes yace muerto de tristeza.

Muñecos de madera como nuestro viejo Pinocho, pero que al ser desechado por todos y corrido por cazadores y perros se deshace en la carrera y quedan solo los vestigios de su madera.

Seres que de tan malos, comienzan comiéndose su propio perro para aumentar la ración a un niño por día.

Inimaginable tanta maldad y sucesos terribles.


Pienso… qué mundo les fabricamos a los niños.

Dónde se habla de sueños, de hadas buenas, de duendes traviesos pero generosos, capacidad de convertir en realidad todo lo lindo que somos capaces de crear.

Y la decisión está tomada a partir de esto: cambiaré todos los finales de mis cuentos en el momento en que se encuentren en mi boca.

Quiero que la esperanza, la posibilidad de, el amor… sea lo que rige el relato.

No imagino un mundo futuro con hombres que de niños sólo entendieron que la diversidad es mala cosa.

Que los finales perversos son la mejor solución.

Que si los cuentos no son terribles, son aburridos.


Modernidad peligrosa transitada.

Auxilio!