Deseo desde el corazón

Deseo desde el corazón... Que nunca les falte un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar donde ir y alguien a quien querer.
Y recuerden: lo imposible solo tarda un poco más...

lunes, 17 de mayo de 2010

Cambios, giros, modificaciones, progresos…

Sigo asombrándome de la paradoja que parece regir mi cambio.
En la ciudad de ritmo lento, los acontecimientos se suceden vertiginosos.
O fluye como debe ser, hacia el destino correspondiente.
Se abren puertas, se cierran ventanas (que son más bien como heridas), se gestan proyectos que luego pueden llevarse a cabo, se crean vínculos, se espera sin desesperación, se confía, se cree, se agradece en definitiva tan acertada decisión.

Hay deseos que una no se anima a gritar por no ir en contra del mundo, o en contra de cómo el mundo va acomodando el suceder de los acontecimientos, pero seguramente tienen más voluntad que la voluntad misma y hacen fuerza hasta explotar y ver la luz en el momento en que deben hacerlo, tal vez con una sabiduría más acertada que la que yo misma podría imprimirles.

El sábado próximo estreno mi obra.
ESTRENO mi obra, digo bien.
Porque hay un abismo entre lo que era y lo que es.
Desde los detalles más mínimos, pasando por significancias importantes hasta llegar al motor que la mueve o la sostiene.
Otra vez, "cuidado con lo que deseas".
Me preguntaba cuándo iba a escribir un personaje que me gustara pero para mí.
Tuve un intento de un gran monólogo que está más cercano a una novela y que quedó abandonado en algún rincón de mi computadora esperando la hora de salir de nuevo a escena.
Rescatada del abandono antes de que se convirtiera en un alma en pena, Angélique llevará puesta a partir del sábado, mi piel.
Después de años de sentir ausencia, ahora llega todo junto.
Y mis Jardines los creé, los dirigí y los actuaré.
Y vuelvo a descubrir el placer de la actuación, del estar presente, sintiendo madurado el concepto, ya no sólo transmitiéndolo sino aplicándolo, haciéndolo carne.
Trabajo en mi concentración y cuando creo haberla logrado, miro desde Gabriela y me siento feliz de ser de nuevo actriz.
Y puedo jugar en escena que es lo que más me mantiene alerta porque sé con tranquilidad que S. está conmigo abiertamente receptiva para estas pequeñas travesuras y pruebas.
Y el ensayo se vuelve placentero y ya quiero que llegue el momento, quiero el estreno cercano, quiero mostrar, quiero disfrutar ante la mirada de los demás.
Y no llego corriendo a ese día como me pasó tantas veces!!
Y lo disfruto.

Y casi en el mismo instante en que me decidía a escribir una entrada que se llamara "¿por qué a mí no?", suena mi teléfono con la respuesta de un casting.
Me preguntaba el por qué de esta compulsión a exponerse cuando existe una debilidad interior para aceptar la negativa.
Para qué competir si duele tanto perder.
Por que a lo que a mí respecta, se me vuelve imposible el no fantasear, el darme por perdedora y entonces imagino mundos de victoria, llenos de resultados positivos, de premios ganados, de trabajos otorgados…
Y la realidad que no lo confirma hace que la caída sea por lo menos, estrepitosa.
El casting del San Martín que no fue.
El trabajo al que me postulo y que no llaman.
Exponerse.
Pretender.
Desear.
Y los NO que hacen rodar ilusiones por tierra.

Pero apareció un SI que me alegra.
Por el sólo hecho del SI y porque es actuación.
Y lo contradictorio de mi primera oportunidad en cine una vez salida de Buenos Aires (No es allá que estas cosas suceden?)

Y también acá me suceden los alumnos.
Porque es acá donde hay algo que decir.

(¿Y me animo a dejar cavilaciones inconclusas que quedarán flotando en el éter porque evidentemente, no seguí el hilo conductor del pensamiento y ahora ya no puedo retomarlo?
Sí, mejor que así suceda. Ya vendrán ocurrencias más cercanas. No sé retomar ideas lejanas. Vaya yo a saber en qué mundos andaba rodando mi cabeza por estos días en que comencé a escribir esta entrada).

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