Deseo desde el corazón

Deseo desde el corazón... Que nunca les falte un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar donde ir y alguien a quien querer.
Y recuerden: lo imposible solo tarda un poco más...

lunes, 17 de mayo de 2010

De E. (o Belgrano)

¿La inspiración surge de la necesidad?
O por lo menos se retroalimenta de ella.

Difícil situación si se trata de escribir "porque hay que hacerlo".
Porque otro SI entró a mi mundo de dudas de la entrada anterior (Esa que iba a llamarse "¿por qué a mí no?)
El sí que faltaba y que me hace trascender incluso en los diarios locales.
Gané un concurso de dramaturgia.
De nuevo.
Gané un concurso de dramaturgia.
Suena increíble aún hasta para mí misma.
No, me corrijo. No para mí.
No sé por qué, pero en un rincón oscuro y telarañado (otra vez, esta costumbre de la invención) de mi corazón, estaba segura que iba a ser seleccionada.
No sé si por las condiciones de la participación o porque el texto de Jardines me gusta mucho (con ese participé) pero sea por lo que fuere, el día que debían confirmar los seleccionados (14 en toda la provincia) y viendo que mi teléfono no sonaba, me deprimí (a mi elegante manera de deprimirme) porque sabía que debían llamarme.
La explicación fue congruente a mi pensamiento cuando dieron los nombres seleccionados una semana más tarde y ahí sí, mi teléfono sonó para confirmarme mi corazonada acertada.

Y ahora me encuentro en la situación de estar "estudiando" material para poder después, generar un texto teatral.
Me gusta la situación, la disfruto pero también me da vértigo la posibilidad de que no surjan las palabras, que la idea que imagino gestar no venga a mí, que este "tener que" sea más complicado que placentero.

Pero también creo que las palabras surgen de la profunda conexión con lo que quiero contar, o por lo menos así sucedió las veces anteriores.
Y si algo estoy teniendo es conexión con el material que elegí.
Pensar en escribir un texto "histórico" suena tan atractivo como desconcertante.
Humanizar lo inhumanizable, por lo menos, por la forma en que nos acercamos a estos temas en nuestra temprana edad escolar.
Y ante el riesgo, elegí un tema que me convoca… (¿por distante?)
No. Distante no.
Conocido y arraigado en la piel y en el corazón.
Heridas que no cierran (ahora parecería que fuera beneficioso que todavía no hayan cicatrizado. Tal vez sirvan de inspiración).
Historia de amor, decía.
Correspondida, sí pero no con final feliz.
Nuestros próceres también sufrieron de estos males y es extraño descubrirlo.
Protagonista: Manuel Belgrano.
Un Belgrano tan humano como desconocido.
Con una historia de amor profunda, sincera, importante, pero por la que vaya a saberse el por qué, finalmente no se jugó.
Hice un paréntesis en la lectura del material para ver si podía dilucidar la decisión de la ausencia, de su NO final.
Tratando de entender al hombre.

Y claro, la asociación fue inmediata.
A mi hombre aquel, cercano a mi vida y a mis afectos, no pude encontrarle el punto de comprensión ni quise hacerlo.
Ahora con mucha distancia, me encuentro con un prócer, un ídolo, un héroe con una actitud tan cercana a la de mi E.
Y no pude dejar de pensar (y hasta de decirle) que ahora más que nunca me vendría muy bien una charla con él.
Imagino que la realidad puede por un momento, acercar la ficción, acompañarla, inspirarla.

Imagino una charla con él hablando de sus NO pasados, de sus justificativos, de sus certezas que nunca supe pero ya no desde el amor y el involucrarse sino desde la distancia. Pero más que la distancia en tiempo, la distancia personal. Hablando de él y de mí pero sin conformar un nosotros (no es eso lo que interesa, aunque no estaría de más saber algunas cuitas).
Tratando de entender a Belgrano a través de E.
Suena gracioso el pensarlo y mucho más el escribirlo. Pero fue una asociación tan intrínseca como natural.

Otra vez el amor infeliz. (¿Hay amor infeliz?)
Ya en Jardines el tema en MI personaje (¡qué lindo suena MI personaje!) es ese tipo de amor.
Como preámbulo de este personaje. Como si aquel fuera la antesala del que tiene que ser ahora. Y también los une la decisión militar, o el deber ser antes que el amor. Sin saberlo vislumbré en Didier pinceladas de Belgrano. Pero aún así, no logro comprenderlos.
¿E. será la solución?

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