Deseo desde el corazón

Deseo desde el corazón... Que nunca les falte un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar donde ir y alguien a quien querer.
Y recuerden: lo imposible solo tarda un poco más...

sábado, 28 de agosto de 2010

Borrador de una noche inolvidable

Todo se fue dando de manera mágica.
Los que se sumaban para acompañarme, mis deseos de que llegue pero de que no pase, las ganas de estar allá mientras disfrutaba el estar aún acá.
Como diría Angélique "sabía que el encuentro iba a ser especial" y me preparaba para que lo fuera.
Con una energía diferente, con unos nervios que no eran tales y con una alegría inusitada.

Descubrí la plena felicidad del subir a escena.

Desde la previa, sabiendo que debería recordar con mis entrañas cada uno de los momentos vividos.
Era una primera vez importante.
Pero a la vez relajada, disfrutada por la gente que sabía iba a estar acompañando.

Salía de casa sabiendo que me iba al encuentro de momentos especiales.
Y M. que se sumó por el camino como una salvación para ayudarme con la valija.
Y el viaje en tren con mis apoyos charlando de la nada como si tal cosa.
La llegada al teatro y toda la energía que ya por sí sólo emana ese espacio.

Y a partir de ahí…
La emoción.
Porque no hubo más que eso.
Disfrute.
Desde B. que en sus primeras armas como asistente y sonidista y apoyo y y y y y… no dejó lugar para que se me colara la preocupación.
Con E. y M. atentas hasta en mi trabajo de concentración.
La tal Olga que al final no fue a la función.

Y los invitados que empezaron a llegar y los desconocidos que también subieron.
F. con su troupe y pese a sus firmes convicciones de por qué no podía estar,
G. con la felicidad que me dio volverla a encontrar y en esa situación,
L., mi querida L. siempre presente,
y mis andamias que también hicieron fuerza,
Y el resto de los mercedinos...

Y yo disfrutando cada momento de mi soledad escénica como si no fuera la primera vez.
Y con el orgullo infinito de saber que, también por primera vez, los ojos y la atención estaban puestos solamente en mí.
Y con la tranquilidad, también de saber que estaba mostrando lo mejor de mí.

Sí, también hubo nervios e incertidumbre pero era tanto el afecto que sentía recibir de la platea que me olvidé de todo lo demás.
Si hago cuenta atrás diré sin lugar a dudas que fue una de las noches más felices teatralmente hablando.

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