Deseo desde el corazón

Deseo desde el corazón... Que nunca les falte un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar donde ir y alguien a quien querer.
Y recuerden: lo imposible solo tarda un poco más...

martes, 18 de enero de 2011

Pequeñas delicias de la vida vacacional

Al no tener como preocupación la falta de trabajo y los enfermos en el entorno familiar (cosas que sí sucedieron durante el 2010) cualquier preocupación actual se vuelve casi insignificante (gracias a Dios!!)

La búsqueda del citroën sigue en marcha aunque no ya como una preocupación sino como una ocupación constante y sonante.
Podría decir que es para casi lo único que salgo del reducto hogareño. (Tanto que hoy era mi tercera clase de yoga y ya falté).
Después… en esta época de bonanza me puede preocupar qué plantas compro para agregar a mi jardín, o de qué color pinto alguno de los pequeños muebles que estoy interviniendo o… la pequeña preocupación actual que tiene que ver con mi cambio (o no) de mi color de pelo.
Mis elecciones en este sentido siempre tuvieron que ver con una estética particular o con un determinado estilo que le quería imprimir al personaje en el cual a veces, decido convertirme.

El platinado que calzo desde hace casi tres años también fue una decisión de ese estilo.
Coincidió con el estreno de mi primera obra, con el cierre de alguna ex historia amorosa todavía dando vueltas, con el comienzo de una instancia laboral más cercana a mi vocación (por ende, la salida de un entorno laboral más prejuicioso a la hora de los cambios drásticos) y porque siempre en mi historia, todo cambio interior se ve anticipado por el cambio precedente en mi cabellera.

Pero más allá de todo eso, el platinado fue siempre una fantasía a concretar.
Un desafío a asumir.
Y cuando lo concreté me gustó tanto tanto que no lograba entender cómo había esperado tanto tiempo para llevarlo a cabo (otra cosa más).

Instalada en mi nueva ciudad, definitivamente fue un rasgo identificatorio.
(Verdaderamente, no hay nadie más aquí que lo use).
Y lo llevé orgullosa durante más de un año.
Pero es verdad, NADIE MAS LO USA.
Lo cual habla sin dudas de mi originalidad, pero también de una cierta desubicación con la precaria moda citadina.
Ya me caracterizo por mis pantalones, por mi bicicleta y sus accesorios, por mi profesión… ninguno de ellos, atributos contraproducentes.

Ahora bien… de mi cabello no puedo decir lo mismo.
Más allá de mi elenco y de mi otro grupo de adultos, debo decir que mi principal fuente de trabajo son los niños.
Claro que en todos los ámbitos en los que los encuentro por primera vez, el comentario inicial es: "seño, ¿ese pelo es suyo?". Después de darles las explicaciones pertinentes al proceso de decoloración y en algunos casos, de dejarles tocarlo (como si estuviesen frente a la mismísima barbie, y no lo digo por el físico, obviamente) el impacto pasa y se vuelve cotidiano.
Pero otras veces (y últimamente, repetidas veces) me enfrento a la terrible brutalidad de los niñitos que directamente y con desparpajo se dicen entre sí y en mi propia cara "mirá la viejita".
El cross que recibo pega fuerte y cuando los cachetazos se suceden, me dan ganas de bajarme del cuadrilátero.
Y en eso estoy.
Por bajarme.

Otras de las instancias significativas de mis vacaciones, será precisamente mañana cuando vuelva a lucir mi cabellera negra.
Ya no seré fácilmente reconocida a la distancia ni recordada luego de la primera vez vista, pero me quedaré con la tranquilidad de que esas intolerables a veces criaturas endemoniadas, no me refregarán los años por mis narices y me mirarán tal vez, como a cualquiera buena docente argentina.

2 comentarios:

Rosa dijo...

Estoy convencida que te van a recordar como una buena docente argentina mas allá del color de pelo que luzcas. Tu esencia no cambia con el envase.
Y los comentarios relacionados con la edad son propios de la irreverencia y la desfachatez de la niñez, digo niñez y no juventud porque aunque tenemos algunos años mas(tampoco son tantos)igualmente seguimos siendo jóvenes.
Aguante la morocha argentina o la rubia o la platinada o la colorada o la policromática argentina. AGUANTE GABRIELA!!!!!! BESOS

Gabriela dijo...

graciassss!!!!