Deseo desde el corazón

Deseo desde el corazón... Que nunca les falte un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar donde ir y alguien a quien querer.
Y recuerden: lo imposible solo tarda un poco más...

lunes, 13 de abril de 2009

Recorrida mercedina


Ahora ir a Mercedes se vuelve cotidiano.
Que para ver los listados de las escuelas, que para determinar algunas otras propuestas laborales, que para buscar casa...
Stop.
Punto y aparte para este acontecimiento.
No es casual que si bien la oferta de propiedades en alquiler es generosa, a mí se me vuelva complicado encontrar una que me guste.
Mercedes siempre fue especial para mí y siempre supe también en mi fantasía, en qué tipo de casa me gustaría vivir.
En Capital encontrar departamento me resultó muchísimo más fácil, pero allá... allá es la concreción de un sueño y la casa tiene que ser LA CASA.
No quisiera renunciar al fondo con posibilidad de muchas plantas e incluso árboles frutales, a la parra en patio de ladrillo, el estilo antiguo de puertas grandes, los pisos de madera, la galería, la habitación extra para que los "de acá" puedan ir a quedarse...
Cuesta acercar la realidad a esa fantasía, pero es Mercedes, el lugar mágico, de los sueños cumplidos... entonces éste también tiene que concretarse.
Y busco, y busco, y busco...
Dicen por ahí que hay que concentrar el deseo para que ocurra.
Yo tengo una en vista que puede acercarse bastante.
Y la pienso.
La pienso con mis muebles, con mis cosas, me visualizo en su fondo con parra y mesa de jardín tomando mate con algún que otro amigo, durmiendo en esa habitación con ventana que da a la 43, abriendo esa puerta grande...
Debería suceder también que su dueño se decida a alquilarla. A alquilármela.
También es verdad que siempre, desde antaño, me costó pedir.
Lo que sea, pero me costó siempre pedir.
Como si no me lo mereciera. Como si no creyera que me lo pueden conceder.
Pero con esta casa sé que será diferente. La voy a pedir. Que si no la consigo, que no sea porque no hice todo lo necesario para obtenerla.
Pero hay algo más… fluctúo a menudo entre el deseo de una relación y la decisión de que no es lo mejor para mí, que estoy bien así, con mi vida como la construí.
Pero con este cambio, esta mudanza… me volvieron a nacer las ganas de que este proyecto sea compartido. Desear que este cambio sea de a dos, volvió a estar presente entre mis oraciones. Que haya quien pueda transitarlo conmigo, o por lo menos, acompañarme en todo lo que me queda por resolver.
Claro que no hay nadie cerca. O sí pero no. E. siempre está cerca. Lo estoy pensando a menudo. Tal vez también porque más allá de que él se resista, el lugar al que me voy nos convoca. Es como ir hacia un lugar donde él va a estar presente aunque quede en Buenos Aires. Es retroceder a mis momentos felices, pero también a su infancia transitada. Y entonces pensar en él como opción es lo más a mano, aunque no lo más correcto.
Cuando alguna vez hablábamos de envejecer juntos, era Mercedes el lugar que convocaba mi memoria como elección para esa vejez. Esa vejez con él. Después las cosas cambiaron mucho y ya la cercanía entre nosotros dejó de ser una realidad, pero en mis más íntimos deseos…
Como si fueran mis dos sueños profundos.
Claro que ahora sé que uno es mucho más factible que el otro y también menos peligroso. Aunque el otro me gusta tanto…

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