Angustia que no sé de dónde proviene.
Llanto.
La misma vida que siempre se me presenta ordenada, hoy es caótica.
Como si todo estuviese construido sobre un solo pilar que, de temblar, repercute en todo.
En todo porque no hay más que eso.
Mi vida alrededor de mi teatro.
El teatro vuelto mi única vida.
Y cuando el teatro tambalea… no hay vida.
Puro desequilibrio.
Malos días.
Los talleres que no resultaron.
El elenco que tambalea.
Las elecciones que no fueron tales.
La carroza que no me gustó.
Nada teatral está en orden.
Sí, lo inconveniente: la cárcel.
Todo desacomodado.
Y yo siguiendo sin tener con quién compartirlo.
No hay nadie a quien le interesa mi vida más que a mí.
Duele.
Duele profundo.
Hoy, mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario