Deseo desde el corazón

Deseo desde el corazón... Que nunca les falte un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar donde ir y alguien a quien querer.
Y recuerden: lo imposible solo tarda un poco más...

viernes, 24 de septiembre de 2010

Confesión (o el arte del corazón abierto)

En este juego de ser liberal, de no tener estructuras, me libero de las estructuras internas emocionales y digo:
Lo amo.
Lo amo y nunca dejé de hacerlo.

Si saco las caretas de lo que me conviene, de lo que es lo mejor desde la racionalidad, si desnudo mi alma de toda posibilidad de pensamiento y la dejo ahí solita, con su más interna emoción, ahí aparece también la carta de la verdad, el cachetazo de la realidad, lluvia fresca de sinceridad: lo amo.

Mi mundo estaría completo si él lo ocupara.
Mi felicidad sería aún mayor si pudiera pensarlo y convocarlo.
Si abrazando mi noche estaría su cuerpo.
Si mis proyectos tuvieran su aval.
Si mis lágrimas y mis sonrisas contaran con su hombro.

Con él y sólo por él, mi SI sería completo y sin miedos para todo.
La irreflexión total.
El SI más pasional de mi vida.
A todo.

Y las coincidencias que conmueven.
Yo que le digo algunos desvaríos y él que me confiesa haberme soñado.
Y sí, lo sé con certeza: nuestras almas siguen vibrando en la misma sintonía amorosa.

¿Por qué el hombre será tan complejo?
¿Por qué no podremos tan sólo, concretar nuestras pasiones, seguir nuestros amores, nuestros corazones, nuestros sueños más conmovedores?

¿Qué aire de campo me devela mis sensaciones y me lleva a desearlas con toda la fuerza de mi corazón?
¿Por qué callé antes?

Sigo insistiendo en que la ciudad, la gran ciudad, las luces de sus calles encandilan el alma.
Mi noche estrellada en cambio, me ilumina el corazón.

Y con él fantaseo mi casa de campo. Nuestra casa de campo.
Porque con él, sólo con él, sí querría un nuestro.
Teniendo como única posesión, su mundo.
Teniendo como única noche, su cuerpo.
Y como único norte su amor.

Podrá haber muchas letras del abecedario en mi universo cotidiano.
Pero mi E., mi mágico E. siempre será UNICO.

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