Deseo desde el corazón

Deseo desde el corazón... Que nunca les falte un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar donde ir y alguien a quien querer.
Y recuerden: lo imposible solo tarda un poco más...

miércoles, 27 de enero de 2010

Decir NO

Desde chica me fue problemático.
NO a una amiguita que quería jugar conmigo pero que a mí no me gustaba.
No a comer el churrasco con tomate antes de ir a la escuela.
NO a estudiar inglés a mi temprana edad de siete años.
NO a ese chico que quería besarme para enseñarme cómo se hacía.
NO a estudiar otra cosa que no sea teatro.

Ese primer hombre que quería ser mi novio y como yo estaba enamorada de otro (de quien fue mi primer novio), no sabía como decir NO a sus largas cartas con letras de canciones y muñecas de patas largas de las que tanto nos reíamos con T. encerrados en mi habitación mientras él esperaba en el living de casa.

NO a irme de un trabajo que no me gustaba y me hacía sentir tan mal.
NO a que el plan de sábado a la noche fuera ir a bailar aunque ya no me sentía con edad para eso.NO a ese otro hombre que esperaba en el umbral de mi puerta de madrugada cuando yo llegaba de salir con otro. Y entraba.
NO a todo lo rico que me tentaba cuando intentaba hacer una dieta.

Siempre había una excusa para que los NO se transformaran en SI. A pesar mío, por supuesto.
Una excusa que me hacía ceder pero que después me hacía también arrepentirme de no haber dicho lo que tenía ganas.

NO a un personaje que no me gustaba. Pero lo importante era actuar.
NO a atender el portero eléctrico a la una de la mañana a sabiendas que, atenderlo, era el peor error que podía cometer en ese momento.
NO a renunciar a una historia amorosa que me estaba destruyendo.

Excusas y más excusas.
Lo terrible es que ninguna lograba convencerme del todo.
Pero aún así, cedía.

Con el paso del tiempo, creo saber con más claridad (o más experiencia) qué es lo que quiero para mi vida y qué no.
Aún así, todavía tengo que lidiar con algunos NO que no logro pronunciar.

Y el tema "hombres" parece ser el más relacionado con estos NO no dichos.
Cuando conocí a R. me pareció un tipo agradable.
Después de haber salido un par de veces juntos, sabía a ciencia cierta que había cosas que no me gustaban, pero de seguir el vínculo diría un SI más allá de que no fuera un SI redondo.
Pasaron algunas cosas en medio, hubo una distancia, un atisbo de reconciliación y un intento de volver a intentar.

Sábado.
Mensaje de texto preguntándome qué haría.
Le cuento mi plan, lo incluyo y la respuesta es clara: NO.
Pensé que era broma, le dije que lo esperaba a tal hora, pero la respuesta había sido verdadera: NO.

Una semana con mensajes.
Pasa por casa una tardecita y charlamos de su negativa.
La respuesta, contundente: el tenía un plan, me llamaba para invitarme pero al no estar yo disponible, se dispuso a efectuar su plan. Sin mí. (Esto es, le importaba el plan, no yo).
Acto seguido, me invita a un plan para ese día que no me interesaba. NO ME INTERESABA.
Dije que sí.
Fuimos a casa de I., amiga suya, conocida mía con la que no hay una energía grata.
El tiempo que pasamos en su casa se me hizo eterno.
Debo haber pronunciado algo así como cuatro palabras. Sí, yo, cuatro palabras.
Después el plan siguió y repuntó un poco, pero yo me seguía preguntando por qué había aceptado.
La respuesta no era un acertijo: tratar de que funcione algo que yo sabía que no funcionaría. (Y no puede funcionar, le pega a MIS perros para sacárselos de encima. Y juro que no son cargosos).

Vuelta a casa.
Intento un mínimo acercamiento a pesar mío (algo así como un abrazo por lo menos) a lo que casi no tuve respuesta.
Se va.

Dos semanas sin noticias.
Mensaje de texto: que si estaba en casa pasaba.
Digo que sí queriendo decir NO.
Vuelve a pasar por casa.
Lo invito a cenar.
(¿¿¿¿¿POR QUE SI YO NO QUERIA??????)
No sólo que no me ayuda a llevar ni un plato, es más, ni siquiera a abrir el vino, sino que desparrama su kilaje en almohadones en el patio y no se mueve.
Me siento adolescente nuevamente.
Y me pregunto qué hago con un hombre desparramado en mi piso hablando de cosas que no me importan un domingo a la noche.

Y pienso cuánto tiene que ver el querer agradarle a alguien, el querer compartir esta instancia con alguien.
Pero pienso también que ya es hora de decir que NO.
NO a este hombre del que hay mucho que no me gusta.

Quiero por una vez, NO rescatar lo positivo, sino mirar muy bien y con ojos bien grandes lo negativo.
Quiero decirle NO a eso que no me gusta.
Ya es tiempo de empezar.

Ya que ésta es ciudad de cambios
intentaré que sea también ciudad de NOes dichos a tiempo.

No hay comentarios: